El Bachillerato de Bellas Artes es un colegio modalizado hacia la educación estética, cuyo diseño curricular está organizado articulando las especialidades de Discursos Musicales y Discursos Visuales con el resto de las áreas correspondientes a una currícula secundaria.
Este diseño contempla la existencia de dos ciclos formativos: el Ciclo Básico de Formación Estética y la Educación Secundaria (constituida por el ciclo de Educación Secundaria Básica- ESB- y el ciclo de Educación Secundaria Superior-ESS-)
El ingreso al Bachillerato se realiza por sorteo en 1º año del Ciclo Básico de Formación Estética. Funciona como un espacio articulador entre la escuela primaria y la escuela secundaria, de formación propedéutica, que promueve como objetivo central el desarrollo temprano de competencias estético-comunicativas, académicamente necesarias para abordar desde 1º año de la ESB la formación específica en la producción e interpretación de los lenguajes estéticos en el Bachillerato de Bellas Artes. Está constituido por dos niveles educativos -1º y 2º año- que cursan los alumnos matriculados en Discursos Musicales o Discursos Visuales, en paralelo a 5º y 6º año de la Educación Primaria en sus escuelas de origen
La aprobación del Ciclo Básico del Bachillerato de Bellas Artes habilita al ingreso al 1º año de la Educación Secundaria en el Bachillerato de Bellas Artes. El ciclo de la Educación Secundaria está constituido por el nivel de la Educación Secundaria Básica que tiene una duración de 3 años, y el nivel de la Educación Secundaria Superior, con una duración de cuatro años (un año más que en el resto de los colegios secundarios del sistema de pre grado)
El Proyecto Institucional tuvo su origen en la década del 90, a instancias de las nuevas teorías educativas respecto del arte, la estética, la comunicación, las ciencias y sus didácticas en general. En él se refuerza el carácter experimental otorgado estatutariamente a los colegios de la UNLP, y se abre un espacio educativo de innovación, centrado en el desarrollo de competencias comunicativas como propósito institucional. La competencia comunicativa refiere a la noción concebida por Jürgen Habermas, en el contexto de su Teoría de la acción comunicativa (1981), quien
propone una teoría de la sociedad que pueda sostener la posibilidad de la coexistencia democrática de los ciudadanos a partir del desarrollo de capacidades de diálogo intersubjetivo y de argumentación racional.
El medio, la excusa, el artificio para asumir este proceso de comunicación intersubjetiva, de construcción de lazos sociales que permitan a las personas, a nuestros jóvenes, encontrarse en un lugar común para hallar nuevos sentidos de realidad, serán los lenguajes, las construcciones discursivas provenientes de las múltiples manifestaciones de la cultura, atravesadas en el Bachillerato por la especificidad de una perspectiva estética
Esta concepción educativa es justamente el marco que posibilita superar la confrontación de dos modelos de educación estética en pugna: por un lado la concepción tradicional de educación artística fundada en el fatalismo de la herencia o del medio sociocultural, que defiende a ultranza el talento innato como condicionante del proceso educativo, reproduciendo modelos de un arte concebido como verdadero y universal. Este modelo tradicional instala como objeto de conocimiento los procedimientos técnicos y recursos materiales, que transmitidos con eficacia garantizan el acceso a la producción artística a través de un entrenamiento técnico y del desarrollo de habilidades y destrezas de ejecución. En un sentido francamente contrapuesto, el Bachillerato de Bellas Artes adopta una concepción educativa de carácter democrático, equitativo e inclusivo que sostiene que todos los individuos tienen derecho a ser educados en todas las dimensiones del desarrollo humano, siendo la estética una de ellas y excluyendo la idea elitista de que sólo es posible educar estéticamente a quien “tenga las condiciones naturales para lograrlo”. Esta idea se sostiene sobre la consideración del arte como lenguaje, un campo de conocimientos “enseñables”, constituido por diferentes disciplinas en el marco de las cuales los alumnos, interpretan, producen y transmiten sentido a partir de sistemas simbólicos complejos: los lenguajes estéticos específicos.
Desde un punto de vista cognitivo, tanto el lenguaje musical como el lenguaje visual tienen principios similares a los que rigen para cualquier otra forma de comunicación simbólica. Podemos así inscribirlos en una analogía con el lenguaje verbal, en cuanto a conocimiento y formas de comunicación y expresión. Así, el plan 92 hace suyos los postulados de estas teorías y se construye desde la existencia de tres ejes fundamentales: el discurso musical, el discurso visual y la lengua.
En otro sentido, la historia institucional “habla” de la búsqueda de un equilibrio “saludable” entre dos paradigmas educativos: el debate acerca del predominio de las “materias de formación general” sobre de las “materias de formación específica”, y viceversa.
La tensión entre estos paradigmas se torna inevitable cuando se discute desde una lógica aditiva o sustractiva, sin resolver equilibradamente la cuestión. Frente a este conflicto, el plan 92 (diseño curricular en vigencia) presenta una concepción superadora, proponiendo en su configuración la idea de una red cognitiva, en la cual la pintura se vincula con la física, la concertación musical se entrelaza con la historia, el diseño se encuentra con la literatura, la ética con la música experimental, dando como resultado un entramado de conocimientos.
Como un aspecto a destacar en la caracterización del diseño curricular, debemos señalar que éste está transversalizado por la elección, un concepto fundante en la construcción del trayecto escolar de cada alumno, que implica una serie de procedimientos en los cuales se pone en juego la toma de decisiones que impactarán profundamente a lo largo de la vida escolar.
Esta es una modalidad instalada en la institución desde el momento en que un aspirante se inscribe para ingresar al Ciclo Básico de Formación Estética, primer nivel formativo en el Bachillerato.
Cada aspirante debe elegir la especialidad, entre una doble oferta: Discursos Visuales o Discursos Musicales. Si elige Discursos Musicales, debe optar por el instrumento que estudiará durante todo su trayecto en el Colegio: piano, guitarra, flauta, cello o violín. Cuando el alumno ingresa a 1º año de la Educación Secundaria Básica, debe optar por un idioma: inglés o francés.
Al ingresar al Ciclo Superior se inicia una etapa en la que la elección es determinante, ya que las diferentes instancias de decisión permitirán a cada alumno diseñar un porcentaje importante de su plan de estudios: los alumnos en general deberán elegir una disciplina deportiva en Educación Física, los alumnos de Discursos Visuales deberán elegir Taller entre tres opciones: Pintura, Grabado y Escultura y continuarán cursando ese taller desde 5º hasta 7º año.
En 5º año tanto los alumnos de Discursos Visuales como de Discursos Musicales resuelven un elección altamente significativa para los tres años restantes en el colegio: deberán optar por una Orientación entre tres (Códigos Socializados, Códigos Experimentales o Magisterio, en Discursos Musicales o Discursos Visuales) la cual se configura como un espacio de profundización de la especialidad, constituido por una serie de asignaturas cuatrimestrales y anuales, que cursarán a lo largo de 5º, 6º y 7º año. A su vez deben elegir dos materias optativas por año, de una serie de ofertas hechas para ampliar el espectro de saberes de los alumnos.
En síntesis, el alumno “construye” un alto porcentaje de su recorrido curricular.
En el campo de lo pedagógico didáctico, el Proyecto Institucional asume una concepción constructivista del aprendizaje y de la intervención pedagógica, como un
proceso de creación de ámbitos de significados compartidos por el niño/adolescente y el adulto, de espacios de negociación y de construcción de perspectivas intersubjetivas.
