Buenas tardes a todas y a todos.
Quiero agradecer la presencia de tantos afectos.
Agradecer el acompañamiento en este día tan especial para toda la comunidad del Bachillerato de Bellas Artes.
Es un honor para esta escuela contar con la presencia del Sr. Presidente de la UNLP, Dr. Fernando Tauber.
Felicitamos a las abanderadas y reconocemos en ellas el enorme trabajo del claustro estudiantil en estos tiempos tan complejos.
Siempre decimos que es muy lindo habitar el Bachillerato en su cotidianidad. Hoy es un día distinto, de celebración, en el que sumamos encuentros y sensaciones que dialogan. Hoy inauguramos formalmente la tercera etapa del edificio “Noche de los Lápices”.
Una etapa que nos aporta más lugar para la enseñanza y aprendizaje. Nuevos espacios que se van cargaron de múltiples sentidos.
En la entrada ya descubrimos una galería de arte, rincones para compartir música, aulas y oficinas. En la terraza y en el patio vemos infinitos encuentros y complicidades. Podemos percibir que la escuela consolidó su identidad, que se volvió más soberana.
Cada nuevo metro cuadrado construido se transforma en derechos garantizados.
Hace 3 años nos propusimos el crecimiento de la matrícula para que más estudiantes accedan a una educación secundaria especializada en arte, pública, gratuita, inclusiva y de calidad.
Esta idea debía estar acompañada de un crecimiento de los espacios físicos.
Por eso gestionamos la cuarta división al mismo tiempo que gestionamos la continuidad de la construcción del edificio. Y logramos que la palabra y la acción se correspondan.
Sabemos del proyecto de Universidad del que somos parte.
Una Universidad al servicio de las necesidades de la sociedad.
Una Universidad que trabajó todo este tiempo para que el Bachillerato crezca.
Sabemos que habitamos una escuela incansable, que en comunidad logró estar presente en la pandemia. Que recorrió domicilios de estudiantes para entregar becas, dispositivos, conectividad e instrumentos.
Que se mantuvo en contacto con la totalidad de sus estudiantes utilizando los recursos que tenía a su alcance.
Que reinventó sus prácticas.
Que se resguardó y volvió de acuerdo con las indicaciones de la autoridad sanitaria.
Que siguió creando, investigando y produciendo.
Que puso mucho cuerpo, compromiso y amor.
El desafío actual es la escuela híbrida.
En este acto nos acompañan muchos docentes, nodocentes, estudiantes y familias desde la virtualidad.
Nos acostumbramos a las distintas formas de presencia.
Porque aprendimos que lo importante es estar presente. Y el Bachillerato es una escuela PRESENTE y en esa presencia reconstruye su historia, porque los hechos no son aislados, se encadenan para que las propuestas se concreten.
Siempre recordamos al Bachillerato que en sus inicios compartió las aulas con la Escuela Superior de Bellas Artes y revivimos las décadas de pasillos cargados de jóvenes cuando nos tocó habitar la terraza de la Facultad de Artes.
Nos emocionamos cuando recordamos la calle 10 colmada de gente en el 2013 al inaugurar el edificio “Noche de los Lápices” y festejamos cuando pudimos mudar los pianos y el taller de pintura en el 2015 cuando se terminó el tercer piso.
Hoy, sumamos esta hermosa sala, el buffet, la terraza, la sala de reuniones, las preceptorías, las oficinas, las aulas, los pasillos y una nueva escalera y vamos a seguir creciendo.
Estamos trabajando para terminar el edificio.
Para mudar el taller de escultura, para agrandar los laboratorios, para que los nodocentes tengan su lugar, para tener las aulas y oficinas que necesitamos.
De esta manera lograremos transformar definitivamente este espacio.
Donde habitaba un distrito militar disciplinador de toda la juventud y responsable de las atrocidades que vivimos como sociedad hoy avanza una institución dinámica, autónoma, fuerte, que forma sujetos políticos, críticos, comprometidos, capaces de evitar que el horror se repita. Que hacen del arte un instrumento que interpreta al mundo y puede cambiarlo.
Ese gesto simbólico de una escuela de arte donde funcionaba un distrito militar se plasma al nombrar a esta sala con el nombre de la profesora directora detenida desaparecida Irma Zucchi.
Hoy celebramos más lugar para las artes, más lugar para enseñar y aprender, celebramos la historia, las presencias y los encuentros.
Compartimos la alegría de cada estudiante cuando volvió después de un año de no pisar el edificio y se encontró con una escuela que no había descansado, que había crecido, que se había transformado, que estaba más amplia y más luminosa, que los esperaba y que los cuidaba.
Esta escuela es la que queremos. La que construimos en comunidad todos los días entre docentes, nodocentes y estudiantes.
La escuela que termina hoy la Semana de los Derechos Estudiantiles, que organiza la Semana de la Primavera híbrida, que tiene sus terceras jornadas académicas virtuales, que no para.
Que suena y expone, que lee y escribe, que piensa y experimenta las ciencias. En la que conviven las distintas formas de conocimiento.
En la que el diálogo es la herramienta para lograr los consensos.
La escuela que piensa en revisar sus marcos teóricos, su plan de estudios y sus titulaciones.
Que propone implementar ejercicios de cogobierno y crear una nueva especialidad.
Queremos el Bachillerato de Bellas Artes que desea y logrará terminar la construcción de su edificio para seguir garantizando derechos.
Que nombra hoy a esta sala “Irma Zucchi” en su edificio “Noche de los Lápices”.
Gracias, damos por inaugurada la tercera etapa.