Desde 1956 el Bachillerato de Bellas Artes trabaja en la experimentación e innovación en la enseñanza secundaria con especialidad artística. Una institución educativa cuyo fin es la educación general humanística, científica y en los valores del ser humano, utilizando para ese objetivo el andamiaje cognitivo que aporta la experiencia estética y la producción artística.
Es a partir de este objetivo que generó tres niveles de enseñanza: Ciclo Básico de Formación Estética, Educación Secundaria Básica y Educación Secundaria Superior.
Ciclo Básico de Formación Estética
Es un ciclo de dos años que se cursa en paralelo a 5º y 6º años de la escuela primaria, al que se ingresa por sorteo. En él los alumnos aprenden los elementos básicos de la Música o las Artes Visuales, de acuerdo a la especialidad que elijan.
Educación Secundaria Básica
Durante este período de tres años se desarrolla y conforma, de manera particular y original para un colegio secundario, una red cognitiva que se construye con las materias tradicionales de la educación media y las asignaturas específicas de las especialidades Artes Visuales o Música. Los egresados del Ciclo Básico ingresan directamente.
Educación Secundaria Superior
En los cuatro últimos años los alumnos deben elegir una orientación dentro de su especialidad, así como una serie de materias optativas a cursar. De esta manera van definiendo su gusto intelectual e incorporando otras herramientas y posibilidades estéticas.
Los egresados del Bachillerato de Bellas Artes logran cursar sus estudios superiores con alto nivel académico, no sólo en el ámbito artístico, sino en el área de estudio que elijan.
Otro aspecto que nos distingue como institución es la incorporación de Programas de Investigaciones Educativas, de Extensión y de producción artística, que subsidian a aquellos docentes que deseen llevar adelante alguna de estas tareas.
Breve historia del Bachillerato
El Bachillerato de Bellas Artes “Prof. Francisco A. De Santo” fue creado por la iniciativa de un grupo de profesores de la Escuela Superior de Bellas Artes (hoy Facultad), quienes posibilitaron la transformación de la Escuela de Dibujo de la Universidad en un Bachillerato especializado.
Sus comienzos se remontan al año 1949 con la creación, dentro del área de extensión, del Ciclo Básico, que incorporaba alumnos de escuelas primarias en los últimos tres años. Con el surgimiento de este curso se generaba un sistema que se alimentaba a sí mismo, los alumnos pasaban primero por el Ciclo Básico, luego por la Escuela de Dibujo y después por la Escuela Superior de Bellas Artes. En 1956 esta configuración se regulariza creándose el Bachillerato de Bellas Artes.
El primer plan de estudios fue aprobado en 1959, estableciéndose tres orientaciones: Dibujo Técnico, Dibujo Artístico y Música.
Para recuperar la salida laboral que la Escuela de Dibujo brindaba con su profesorado “secundario” se crea, entre 1960 y 1961, el Magisterio dentro del Bachillerato, el cual habilitaba para el ejercicio de la docencia en el nivel primario en las especialidades de plástica y música.
En 1974 la Escuela Superior de Bellas Artes es elevada a Facultad y desde ese mismo año el Bachillerato pasa a depender directamente de la presidencia de la Universidad. Al año siguiente se dispone que el Ciclo Básico esté a cargo de la institución lo cual lleva a la discusión por el espacio físico propio.
En cuanto a su nombre “Francisco Américo De Santo”, fue elegido por los docentes en 1978 como un paso necesario para volver al espíritu inicial (perdido durante la dictadura), y como un reconocimiento a uno de sus maestros fundadores.
En 1988 se organizan las comisiones para modificar el plan de estudios impuesto durante el gobierno militar en los colegios dependientes de la Universidad. Aunque esos primeros intentos fallaron, en 1992, la dirección del Bachillerato de Bellas Artes, retoma estos antecedentes y comienza a realizar las modificaciones necesarias para volver al contrato fundacional del colegio. Se redefine así la enseñanza estética y se revive el espíritu de sus fundadores.
La lucha por el edificio propio
Hasta 1976 los alumnos del Bachillerato buscaban ideales, generaban proyectos, portaban ideología, buscaban la utopía de un futuro mejor y con el arte imaginaban y creaban otros mundos, acompañados por docentes con metodología de vanguardia. A partir del 24 de marzo de 1976 las ideas fueron reprimidas y las instituciones que las generaban y cobijaban también. La última dictadura militar se ensañó con el Bachillerato. El método que implementó fue el mismo que en el resto del país: hizo desaparecer a una ex Directora, la Profesora Irma Zucchi, y a 23 alumnos y ex alumnos. Dejó una huella trágica e indeleble en la historia de esta institución y en la historia argentina: “La Noche de los Lápices”.
El Bachillerato de Bellas Artes fue exiliado a una terraza ubicada arriba de la Facultad de Bellas Artes.
El retorno a la democracia permitió recuperar lentamente aquel espíritu tan original de sus alumnos y docentes. Las generaciones sobrevivientes tuvieron la difícil tarea de la reconstrucción y sobre todo la recuperación de aquellos atributos identitarios que hicieron y hacen del Bachillerato de Bellas Artes una institución particular.
Sin embargo, a nivel edilicio seguía postergado.
La búsqueda de un lugar concreto, de un edificio, de una fachada, era la necesidad de salir definitivamente de un segundo plano, de concebir una identidad completa, de desterrar definitivamente los fantasmas del pasado y de otorgarle al arte el lugar que se merece. Este era el sueño de todo aquél que transitó los pasillos de este colegio. Otorgarle este lugar a una institución de estas características no es sólo reivindicarla como tal, sino también concebir otro modelo de país donde este espíritu y estas ideas no se maten sino que se multipliquen y crezcan.
Para este Bachillerato de Bellas Artes, con 60 años de vida, no existe mayor gesto simbólico -después de mucho esfuerzo por parte de las autoridades del Bachillerato y muy en particular de la Universidad Nacional de La Plata- que la inauguración de su propio edificio en marzo de 2013. El edificio fue denominado Noche de los Lápices, y en octubre de 2015 tuvo la inauguración de su tercer piso. El edificio prevé una tercera etapa de construcción que albergará un auditorio y oficinas administrativas, para lo cual se está buscando financiamiento.